Que nadie ose negar la existencia de poderes diabólicos y sobrenaturales, que se sustentan del alma y cuerpo humano, la maldad y hechicería, son hijas del demonio y las sombras de la noche… Si, este suceso ocurrido en el siglo XVI, aquí en nuestra capital, nos habla de un caso de hechizo diabólico y perverso; sé que algunos de los lectores dudarán de estos poderes, sin embargo, sépase que en México y en otros países, aún sigue practicándose la hechicería. Retrocedamos al año 1554, a plena mitad del siglo XVI y veamos en una visión retrospectiva, esta casona y esta calle que llamóse de la Cadena; gobernaba en ese siglo el virrey Don Luis de Velasco I, y ésta casa tenía el número siete, de la que hoy es Venustiano Carranza. Habitaba la casa en cuestión, Doña Felipa Palomares de Heredia, rica viuda de uno de los conquistadores, de quien fuera heredera; pero si Felipa había heredado nombre y fortuna del esposo, también habíale quedado un hijo joven y apuesto, llamado Domingo de