La
familia Hall estaba contenta de haber estrenado su nueva residencia en
Connecticut.
Era
una hermosa mansión de tres plantas con unas nueve habitaciones, perfecta para
la familia.
A
las dos semanas de vivir ahí, Hillary, la hija menor de la familia, se quejaba
todas las noches de oír un llanto en la chimenea de su cuarto, decía que
siempre al asomar la cabeza por la chimenea, no alcanzaba a ver la luz del
orificio superior. Los padres de la niña no le daban importancia, debido a que
la niña era muy pequeña.
Llegando
el invierno, la familia se veía obligada a encender las chimeneas de las
habitaciones, ya que debido a la mucha antigüedad de la casa, no tenían
calefacciones.
Justamente
esa noche, Hillary no se encontraba en la casa, se había quedado a dormir con
una amiga.
Por
la mitad de la noche, los padres, también escucharon los llantos provenientes
de la habitación de Hillary, fueron a echar un vistazo, creyendo que se trataba
de uno de sus hijos; pero no encontraron a nadie. Escuchaban los llantos
provenientes de la chimenea, exactamente como lo describía Hillary. Michael, el
padre de la niña, asomó la cabeza, pero no veía nada más que oscuridad, le
extrañaba no ver la luz al final de la chimenea.
Al
día siguiente, llamaron a dos obreros para revisar la chimenea de la
habitación, a lo que muy asombrados, descubrieron el cadáver e una niña de unos
diez años, atrapada en la chimenea.
Llamaron
entonces a una médium, para que hablase con la niña y averiguara los indicios
de su muerte; esa tarde se hizo una sesión en la casa, y la médium pidió estar
sola en la habitación de la niña.
Después
de una hora, la médium salió de la habitación de Hillary, contándoles la
historia:
La
niña se llamaba Jodie, y fue criada por padres muy estrictos, el padre de esta,
siempre la maltrataba, la odiaba con tanto exceso que la mató vilmente, pero ya
que su esposa amaba a la niña, este escondió el cuerpo en la chimenea de su
cuarto, y le inventó a la pobre mujer que su hija había huido de la casa.
La
familia averiguó los datos de la madre, y ya que no pasó mucho tiempo de aquel
suceso, la invitaron al velorio de Jodie.
Muchos
dicen que si enciendes la chimenea de tu cuarto, y permanece encendida entre
las doce y una de la madrugada, podrás ver el rostro de Jodie en la chimenea.