¡Que
hermoso este olor a noche! me hace sentir algo tan especial, no puedo evitar
sonreír; son tan pocas las cosas que logran hacerme sonreír que no puedo evitar
adorar noches como esta. Esa es le razón de que esta noche si salga a pasear,
justo como lo hacen todos los demás.
A
veces quisiera ser como esos niños que salen a jugar esta noche; normalmente
los niños no deberían andar en la calle al oscurecer, por eso ellos adoran esta
fecha, por que por una vez al año ellos son los dueños de las calles, todo gira
en torno a ellos, es como si esta noche olvidara su verdadero propósito y
quisiera ser cómplice de las travesuras infantiles, y así dejar atrás su
siniestro proceder.
Desde
aquí puedo oírlos, ya empiezan a salir de sus casas, no entiendo por que cuando
uno es niño todo es motivo de escándalo, cualquier cosa que es un poco fuera de
lo normal es digna de hacer todo un alboroto, así sea un helado o un millón de
dólares, no importa, todo es digno de bullicio. Ya puedo verlos, ellos ni
siquiera se percatan de mi presencia, claro, estoy escondido donde no pueden
verme, pero estoy seguro que cuando salga no me notaran demasiado, pasare
inadvertido, y por unos momentos podré ser uno de ellos.
Allí
van dos, un nomo y una linda brujita, están especulando hacia donde ir primero,
parece ser que son hermanos, ella debe ser la mayor por que van hacia donde
ella señala lo cual no hace muy feliz al pequeño nomo, pero al fin de cuentas
parece darse cuenta de que no importa hacia donde vallan, el resultado promete
ser el mismo. Ya no puedo verlos, dieron vuelta en la esquina, espero que
obtengan un buen botín. Aquí vienen otros, estos son cuatro, no logro
distinguir que son exactamente, pero estos si que son escandalosos, tal vez es
hora de que salga y me confunda entre ellos, solo debo esperar a que haya un
grupo mas grande y entonces si, no notaran mi presencia.
Estoy
tan nervioso, hace tanto no hablo con nadie, aunque realmente esta noche no
pienso hablar mucho, solo quiero confundirme en la chusma, y entonces... ¡Oh
dios! no puedo esperar, me muero de ganas por comenzar. Y se que no debería
hacer esto, sé que en esta noche en especial yo no debería salir de aquí, pero
no puedo resistirlo, año con año los observo, pasan a mi lado sin notarlo y me
contagian con sus carcajadas para después dejarme, solo con mi miseria. Por eso
hoy romperé las reglas, justo como lo hacen ellos al estar aquí esta noche, las
romperé y por primera vez desde que estoy aquí seré feliz, aunque sea solo por
una noche.
Recuerdo
cuando yo también podía salir así como ellos, cuando yo era niño como ellos,
cuando habla todo por delante y nada que perder, pero ahora, ya no queda nada,
ya todo esta perdido, y sin importar lo que sienta ya nada tiene remedio, se
acabo todo para mi. Como quisiera ser un niño otra vez, quisiera poder olvidar
todo lo que he visto y comenzar desde cero otra vez, descubrir los placeres de
la vida de nuevo, y enfrentarme con los engaños otra vez, descubrir la verdad de
el conejo de pascua, los reyes magos y santa claus; quisiera pensar que es mas
importante las caricaturas de la maña, que el noticiero de la tarde, quisiera
creer que mi colonia es el centro del universo, y que mi Papá es el hombre mas
fuerte, mas inteligente e importante del mundo; creer que Mamá es la mas
hermosa, comprensiva y la mejor cocinara del universo entero, que ella escribió
las canciones de "la patita", "El ratón vaquero", y
"La muñeca fea" solo para mi; me gustaría seguir pensando que cuando
crezca seré el primer astronauta mexicano, y que después de mis expediciones a
Marte y al sol regresare para ser presidente, rock star, y además lograre ganar
la copa mundial de fútbol para mi país; y todo eso antes de los cuarenta. Como
quisiera ser niño otra vez.
Creo
que ya es hora, hay muchos niños en la calle, todos corren y gritan, comen
dulces y tratan de asustarse los unos a los otros sin mucho éxito. Esta es mi
oportunidad, saldré de aquí abajo, me integrare a ellos, y luego... ¡si, será
perfecto! Solo necesita salir de aquí abajo, he viajado un largo camino desde
mi hogar hasta esta cloaca, es la única forma de viajar para mi, no puedo
hacerlo a plena calle, esta prohibido, creo..., pero solo necesito mover esta
tapa y... ¡ya esta! creo que nadie se dio cuenta, están lejos y distraídos para
notarlo. Me acerco sigilosamente hacia ellos, están a escasos 20 metros , debo ser
cuidadoso, ya que si me descubren antes de tiempo podría ser fatal. Todos están
disfrazados, hay lobos, vampiros, momias, brujas, arañas, calabazas y algunos
no tan aterradores; pero todos están disfrazados, yo no, pero creo que no lo
necesito, mi aspecto ya debe ser bastante aterrador, no estoy seguro, no me he
visto al espejo en años, espero lucir a la altura de la noche.
Ya
estoy entre ellos, que hermosos son, sus caritas se logran ver debajo de sus
disfraces, podría comérmelos a todos, pero ¿que pasa? han dejado de reír y
jugar, algo los ha interrumpido, nadie hace un solo movimiento, están
paralizados, ¿que es lo que tienen? ¿Que les pasa? díganme, que les pasa. Abro
mi boca para preguntárselos, pero de ella sale un sonido indescriptible, tan
horrible que a mi mismo me ha dejado helado. Los niños gritan otra vez, pero
esta vez no están felices, están asustados, corren para todos lados; otros solo
gritan pero no se mueven; veo a otro que esta orinándose los pantalones, hay
desmayados, ¿que diablos pasa?
Trato
de calmarlos explicándoles que soy su amigo, pero al abrir la boca sale un
sonido aun peor que el anterior, además me doy cuenta que un olor que incluso
se ve sale de mi boca, hace tanto que no la abría que no tenia idea de que
había adentro; algunas cucarachas y escarabajos también se escapan de ella;
pero no logro escuchar bien, de mis oídos salen gusanos y otras criaturas que
al parecer son desagradables para los niños. "No tengan miedo" trato
de decirles mientras corro tras algunos de ellos, pero de nuevo nada
comprensible sale de mi boca, solo un lamento infernal, uno pensaría que un
sonido como este solo un muerto podría soportarlo, pero yo estoy muerto, y no
lo soporto.
Todos
los niños se vuelven locos de miedo, veo como chocan entre ellos y con
cualquier cosa que este en la calle, algunos se tapan la cara de miedo, pero
eso solo los hace caer mas rápido; he logrado tomar a una niña, ella también se
cubre los ojos para no mirar, pero yo le quito los manos de la cara y la obligo
a mirarme, tal vez si ve mis ojos podrá ver en ellos que no soy un monstruo,
pero el mirarme solo hace que se entre en un trance diabólico, la pequeña se
retuerce como cerdo en el matadero, yo trato de sujetarla de donde puedo, de
los brazos, las piernas, el cabello, pero se mueve demasiado, tengo que
sujetarla fuerte, tanto que mis dedos huesudos se encajan en su carne, es tan
suave.
Entre
sus contorsiones en mis garras me golpea la cara con una fuerza endemoniada, y
uno de mis ojos sale de su orbita y cuelga de mi cara; la pequeña esta tan
aterrorizada que parece un animal salvaje, y entre sus intentos de soltarse
muerde el ojo que cuelga de mi cara; el dolor es demasiado, tanto que me obliga
a golpearla para que me suelte, pero pareciera que eso solo hace que lo muerda
con mas fuerza; yo la golpeo con todas mis fuerzas, tanto que sus hermosos
cabellos rubios se tiñen de sangre, para cuando logro hacer que me suelte la
pequeña ha teñido su cabello a un rojo sangre, el cual hace marco a la herida
que yo le provoque en el cráneo, el cual este destrozado, creo que me excedí un
poco ya que no logro encontrarle forma a la cara del angelito que acaba de
morir en mis manos.
Esto
no puede estar pasando, yo solo quería jugar con ustedes; algunos niños, los
que aun no saben hacia donde correr o su miedo no los deja, ya han comenzado a
vomitar, otros están desmayados, y estoy casi seguro que algunos de ellos ya
han muerto del susto. Yo voy hacia cada uno de ellos, pero la historia de la
pequeña rubia se repite, algunos se defienden menos, pero al final todos
terminan muertos.
Creí
que esto no podría ser peor, pero lo es, ya que los niños que he matado se
están levantando, están confundidos igual que yo, pero esta vez si puedo hablar
con ellos, no con palabras, con la mente, ellos dicen que yo los mate, yo les
explico lo que paso y ellos dicen que quieren ver a sus papas, los cuales están
comenzando a llegar a este parque, donde la sangre y vísceras se esparcen por
todas partes; los padres están igual de sorprendidos que los niños en un
comienzo, pero luego corren a ver a sus hijos muertos, los cuales tratan de
abrazarlos y besarlos, pero al igual que a mi, los padres no entienden lo que
sale de la boca de sus hijos, y estos en su desesperado afán de comunicarse con
ellos terminen matándolos y comiendo sus cerebros, aun no sé por que.
Vaya
Halloween, las horas pasan y los vivos se agotan, todos los que mueren se
levantan unos minutos después, y al igual que yo no saben nada de lo que pasa,
solo saben una cosa, que tienen hambre y que los cerebros no saben nada mal; yo
en cambio, solo sé una cosa, que hoy, por primera vez desde que morí no estoy
solo, y que no importa si tengo que matar a toda la ciudad, no volveré a estar
solo otra vez jamás.
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