Aún existen personas que
recuerdan algunos hechos ocurridos en el edificio al que se le conoce como “la
casa encantada” aunque el encantamiento de dicho sitio se prolongó por muchos,
muchos años, ya que causas diversas impedían investigar a fondo la causa de
dicho encantamiento. Una de ellas era que sus habitantes no querían que este
fenómeno, o los fenómenos que allí ocurrían, se divulgaran y por otra, esta
casa tenía temporadas muy largas de permanecer abandonada; se oía decir que la
gente que llegaba a ocuparla, pronto la dejaba porque allí sucedían fenómenos
inexplicables como por ejemplo: Se decía que los muebles de la sala acomodados
de acuerdo con el deseo de los moradores, eran completamente cambiados de lugar
con el asombro de los dueños que la habitaban. Otras veces sucedía que después
de alguna velada, cuando todo quedaba en desorden amanecía el lugar
perfectamente arreglado limpio y acomodado. Había ocasiones en que los muebles
de la cocina amanecían en la sala y que algunas cosas de ésta en la cocina
también, manos invisibles barrían el patio, abrían las llaves del agua,
cerraban la puerta de alguna recámara con llave, cuando ésta se dejaba puesta
en la chapa; en fin muchas y muy curiosas cosas acontecían en esta casa.
Era el dominio general que al
pasar por el sitio de referencia, se escuchaba ruidos, palabras, aun estando la
casa deshabitada.
En esta mansión se instalaron
diversos negocios, los cuales no prosperaron; aun cuando los dueños nunca
decían el motivo del porqué de la liquidación, probablemente el constante
variar del sitio de sus mercancías y útiles de trabajo debió ser sumamente
molesto. Lo cierto era que los negocios allí establecidos duraban poco tiempo.
Hacia los años treinta del siglo
pasado, cuando los fenómenos que ocurrían en la casa de los espíritus se
volvieron insoportables, fue cuando se instaló allí una negociación
fotográfica, la cual era atendida por dos caballeros muy serios y de aspecto
circunspecto siempre vestidos de negro; mucha gente se abstenía de ocupar los servicios
de dicho negocio, dada la fama de tal sitio, aunado al aspecto misterioso de
los fotógrafos.
Dado que su negocio iba hacia el
fracaso, los caballeros quisieron dar a conocer a toda la población lo que allí
sucedía, porque a decir verdad, se balanceaban los cuadros colgados en la
paredes, corrían los muebles de un lugar a otro, y se escuchaban ruidos
parecidos a corrientes de aire, golpes en los muros, repercusiones, ecos, por
lo tanto abrieron puertas y ventanas dejando entrar a personas que así lo desearan,
para que dieran cuenta de los acontecimientos.
Con el fin de conjurar el
maleficio se hicieron varias sesiones espiritistas conducidas por gente
ilustrada en tales cosas; una de ellas se desarrolló con mucha solemnidad, se
convocaron a los espíritus que habitaban esa casa y sucedió que por conducto de
las mediums, se presentó un sacerdote, que pronunció un sermón regañando no
sólo a los allí reunidos sino a toda la población, porque las costumbres
actuales diferían mucho de las normas establecidas por la sociedad, en el
tiempo en que él estuvo en este mundo. Enseguida se hizo presente un señor que
se identificó como un minero, y dijo que en esa casa se encontraba guardado
mucho dinero, pero que en el tiempo en que él vivió, la casa era mucho más grande
y que por lo tanto, el dinero estaba a gran distancia del sitio de la reunión.
A este respecto puedo agregar que en una casa circunvecina, encontraron un
tesoro del que hoy disfrutan sus descubridores.
En fin, se presentaron en esa
sesión varios espíritus, entidades, como llaman los espiritistas quienes
utilizan a los mediums para comunicarse son seres de este mundo. Se volvieron a
llevar a cabo otras reuniones de esa índole pero los fenómenos no cesaron y las
inquietudes continuaron.
Por fin los mismos espiritistas
solicitaron la intervención de sacerdotes católicos para que bendijeran la
casa; así lo hicieron y también se celebraron misas, y se dice que a partir de
entonces el fenómeno terminó, que ya nunca se volvieron a mover los muebles, ni
a desprender los cuadros de la pared.
Se levantó allí un moderno
edificio de tres pisos, la parte superior se fraccionó en departamentos y, en
la parte del piso bajo se instaló un salón de belleza; en la esquina del
edificio, viendo hacia el oriente y sur, se inauguró un restaurante. Por
cierto... se ha notado más con curiosidad que con sorpresa, que los negocios
allí establecidos duran poco tiempo, pues han sido instalados con distintos
dueños. Nos preguntamos ¿acaso los espíritus siguieron con sus bromas?