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EL ROBO AL CEMENTERIO


Me contó que hace tiempo, en la época de la colonia había una ancianita que vivía sola en una gran casona, la cual parecía que se iba a caer.
La ancianita, que no tenía a ningún ser querido que la cuidara, murió y en su última voluntad pidió que se le enterrara con todas sus joyas y pertenencias ya que no tenía a nadie que se las heredara. Así se cumplió a la señora: fue enterrada con sus cosas.
Pasaron algunos años y unos cuidadores del cementerio que eran nuevos se enteraron del tesoro con el que la señora había sido enterrada, así que decidieron sacar las cosas de valor que tuviera ahí dentro.

Así, a media noche, ellos comenzaron a profanar la tumba de la cual sacaron las joyas que pudieron, pero a uno de los hombres le llamó la atención un anillo que el cadáver llevaba en uno de sus dedos.
Éste, al tratar de quitárselo - no podía puesto que el anillo se había atorado-, al no poder sacarlo, el hombre utilizó la pala que llevaba para cortar el dedo.
Pasó el tiempo y un día que ambos hombres estaban haciendo su ronda por el cementerio pudieron ver a una señora sobre una tumba, ambos pensaron que era alguien que fue a visitar a sus muertos, ambos se le acercaron y le pidieron que saliera del cementerio, que ya no eran horas de visita.
La señora no les hizo caso y siguió arrodillada. Ambos sujetos se molestaron y la sujetaron del brazo para sacarla.

Uno de ellos se dio cuenta que a la mano de la señora le faltaba un dedo, uno de ellos le preguntó qué le había pasado y le contestó, pero al comenzar a hablar el velo que llevaba puesto se le cayó dejando ver su rostro, el cual era el de la señora que estaba en la tumba que habían saqueado... y volteó su rostro hacia el hombre que le había arrancado el dedo por el anillo que llevaba.
El otro hombre salió corriendo con todas sus fuerzas pero el del anillo por más que corría, la señora no le dejaba ir y ésta comenzó a desaparecer, pero el hombre que le quitó el anillo murió de un infarto.


Al día siguiente encontraron el cuerpo junto a la tumba de la señora sin un dedo y con una expresión de terror y el cabello blanco del miedo que experimentó.

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