Una pequeña llamada Raquel salió
de la escuela y se dirigió a su casa, pero esta vez tomó una ruta nueva.
En el camino se encontró con una
niña que lloraba y se acercó para ver qué pasaba; la niña le señaló una casa y
le explicó que su gato se había metido ahí y que tenía miedo de irlo a buscar.
Raquel, inmediatamente, decidió ayudar a la menor y se dirigió a la casa;
cuando llegó se encontró con la puerta abierta y el inmueble solo; así que
decidió entrar y miró al gato huir por las escaleras. Lo siguió y cuando creía
que lo atraparía éste se metió a un cuarto.
Raquel lo siguió y se encontró en
la habitación de una niña; había paredes forradas de color rosa y muchas
muñecas que parecían mirarla. Raquel no se sorprendió ni al ver que esa
habitación parecía en perfecto estado cuando toda la casa lucía deteriorada.
Acto seguido, se topó con la foto
de la niña que le había pedido ayuda. En la imagen parecía estar con su padre.
Raquel se asustó, por lo que decidió salir corriendo sin el gato. Sin más ni
más, la niña del bosque se apareció en la habitación, estaba ensangrentada y
gritaba: ¡Ellos me mataron y lo harán contigo!
Raquel salió huyendo, pero al día
siguiente fue hallada muerta de la misma manera que aquella infanta. Dicen que
aún sigue pidiendo que le devuelvan a su gato.