El charro del cerro del muerto al
oriente de la ciudad de parras se encuentra un cerro llamado del santo cristo
que por un tiempo fue cuidado por las monjas del asilo quinta manuelita cuenta
la leyenda que los vecinos de ese lugar lo llamaron cerro del muerto porque
durante las noches se aparecía un charro que escoltaba por veredas a una
carreta que presumiblemente contiene un cargamento de monedas y víveres que se traían
para el pago de los peones del Márquez de aguayo el cual era el amo y señor de
la región el cargamento despertó la codicia de los bandidos y asaltantes los
cuales una noche emboscaron y asesinaron a los cocheros de la carreta y al
jinete que la custodia después del crimen los ladrones tomaron las monedas y
las enterraron junto con las personas que mataron pero al volver al lugar y
buscar el tesoro nunca lo hallaron hasta al día de hoy se comenta que por las
noches se puede escuchar el crujir de una pesada parte y el cansado andar de
unos caballos además en las noches se puede ver las siluetas de un jinete
vestido de charro y de una carreta que buscan a su amo para cumplir su trabajo
y entregarle el cargamento y poder descansar en paz algunas personas que creen
en la leyenda buscan ese tesoro sin tener éxito.
La ambición es una mala consejera, al menos fue la causa por la que el mítico Charro Negro comenzó a aparecer en nuestro país. Se cuenta que hace muchos años en Pachuca vivían familias de mineros y jornaleros que trabajaban a deshoras y en condición de esclavos. Entre ellos había un hombre llamado Juan, un hombre ambicioso que no dejaba de quejarse de su suerte. Un día, al terminar su jornada laboral, se dirigió a la cantina más cercana y comenzó a beber en compañía de sus amigos. Ya entrado en copas comento: “La vida es muy injusta con nosotros. Daría lo que fuera por ser rico y poderoso.“ En ese momento, un charro alto y vestido de negro entró a la cantina y le dijo: “Si quieres, tu deseo puede ser realidad.“ Al escucharlo, los demás presentes se persignaron y algunos se retiraron. El extraño ser le informó que debía ir esa misma noche a la cueva del Coyote (pero no el coyote que tenemos aquí), que en realidad era una vieja mina abandonada. Juan asintió, más enva