Cuenta mi madre que su mejor
amiga llamada Aurora salió embarazada, pero luego del primer mes tuvo que ser
internada por su esposo Emilio y su familia en un sanatorio, ya que tenía
ataques nerviosos y aseguraba que el feto que llevaba en su interior le hablaba
cada noche.
La intervención no pareció
funcionar, Aurora con el pasar de los meses se ponía peor, decía desesperada
que su hijo la amenazaba de muerte y que la mataría por haberlo contado a los
demás. Tomaron a Aurora como inestable mental y siguieron los exámenes, pero
nadie le creyó, decidieron mandarle a Lima, al hospital mental de Larco
Herrera, pero algunos de sus familiares más cercanos se negaban y discutieron
el tema algunas horas, luego de ello acordaron con el hospital que sería
internado junto a un familiar para poder velarla más cercana y quien más que su
propio esposo.
Las noches siguientes se hicieron
aterradoras para los internos del Larco Herrera ya que los gritos de agonía de
Aurora eran demasiado desgarradores, repitiendo que su hijo se la estaba
comiendo. Días después se ahorcó, con unas sábanas en uno de los baños de aquel
lugar; lo que pasaba era que a los internos le daban calmantes que le hacían
dormir rápidamente y si en caso estuvieran despiertos mantener la calma, pero
esto no surgía efecto en Aurora.
Hicieron los trámites necesarios
para enterrarla pronto, pero antes la llevaron a la morgue para una autopsia
porque la familia dudaba sobre su muerte y suponían que algo tenía que ver su
esposo, ya que estando en el mismo hospital no pudo cuidarla, por ello
sospecharon de sus palabras. Cuando los especialistas abrieron el cuerpo de
Aurora quedaron asombrados y horrorizados.
Los órganos de Aurora no se
encontraban, en su lugar estaba el espacio vació y el que correspondía al feto,
el cual llevaba en su interior los órganos triturados de su madre, el feto se
había comido a su madre... Sí sonó increíble cuando dieron el informe, no lo
podían creer toda su familia, su esposo de la difunta al saber todo, se suicidó
no aguanto la culpa de pensar que por su descuido su esposa y futuro hijo
fallecieron.
Los padres de Aurora, volvieron a
Cañete, y pasado unos días quisieron ahondar en tema, entonces buscaron en el
cuarto que vivía su hija y encontraron un diario; en este estaba enmarcado solo
desde el inicio de su embarazo y ponía.
Día 1:
-No sé si es lo correcto pero me
siento conmovida al saber que estoy embarazada.
Día 7:
-Ya es hora de contarle a mi
esposo que estoy embarazada, pero no sé cómo reaccione; hace unos meses nos
enteramos por pruebas médicas que soy estéril y que no podré darle lo que más
anhela Emilio aún así sé que estoy embaraza ese hombre me lo dijo y por lo que
sé nunca ha fallado.
Día 14:
-He tenido un sueño, hablaba con
el hombre que me dijo que estaba embarazada y en ese sueño él decía: “Llevas
dentro de tu ser a mi hijo, me pediste tener uno a cualquier riesgo y yo te lo
concedí, ahora tú debes pagar por el favor; tendrás un hijo, pero él te matará
por dentro, veamos que tanto puedes aguantar todo el dolor.
Solo quiero imaginar que esto fue
un sueño.
Día 20:
-Tuve otro sueño extraño, donde
el bebé me hablaba, decía: “Solo eres una capa que me dará vida y haré sufrir a
todos los que amas, por tu falso anhelo de tener un hijo, sentirás el dolor de
un parto, pero a cada minuto que pasé, te mataré desde adentro, es el pedido de
mi padre”.
Día 28:
-Mi esposo se ha quedado conmigo
en el hospital, piensan que he perdido la cordura pero no es así, siento que
algo se desgarra dentro de mí cada noche, solo llegan unas horas de calma, y
por eso me he decidido a escribir, no aguanto más este dolor, esta misma noche
me suicidaré, dejaré esta pequeña agenda y se la guardaré en el bolso de mi
madre, sé que vendrá a visitarme hoy día el feto me lo dijo…
Aun así esta agenda lo dejaré
para que algún día lo encuentre mi esposo y sepa toda la verdad, que lo amo y
que pase lo que pase lo seguiré haciendo, que me disculpe por no darle lo que
más amaba.
Quiero decirle que me contacte
con un hombre no más de 30 años de edad, alto de contextura musculosa, me hablo
como si me conociera toda una vida y me dijo incluso que yo no podía darle
hijos a mi esposo y que él tenía la solución, pero favor se paga con favor,
luego de aceptar hicimos el amor y me dijo que ahora sí estaría embarazada, no
sé qué me pasaba por la cabeza, ese hombre solo con hablarme me convencía, no
podía negarme, pero esa fue la peor decisión de mi vida, espero me disculpes
Emilio por fallarte aun así yo … Te amo.
A mis padres, solo pedirle
disculpas por tomar esta decisión de acabar con mi vida, no quiero seguir con
este sufrimiento y no sé lo que pase con el feto, solo sé que nunca deben
aceptar un trato con una persona que te habla como si te conociera toda una
vida, tal vez cumpla lo que te diga, pero con un final terrible.Al terminar de
leer la agenda, tocaron la puerta, era un hombre de 1.80, blanco con ojos
azules y musculosos, los padres de Aurora preguntaron:
-¿Quién eres?
-Solo vengo a curar sus penas, sé
que su hija falleció y yo puedo ayudar a que ella este nuevamente a su lado,
solo necesito un favor a cambio ¿Qué les parece?
Luego de decir esto los señores,
pidieron que espere y hablaran cerca de la cocina, luego de ello invitaron al
hombre a pasar a su sótano que tenían ellos, dijeron que el cuerpo aun no lo
enterraban y que lo estaban velando ahí, que si pudiera pasara, para verla.
Aquel hombre accedió y miro a
Aurora en su lecho de muerte, permaneció así por unos minutos cuando se dio
cuenta que los padres de Aurora ya no estaban, luego escuchó cerrar la puerta
con fuerza, intento escapar, pero fue en vano, los padres de Aurora mojaron la
casa de agua bendita, todo estaba circulado y se escuchaba a ese hombre gritar
con desesperación.
Luego vinieron unos ancianos y no
de ellos dijo:
-Ese grito es del mismo demonio.
Los gritos siguieron por unos
minutos hasta que atrajo más gente aledaña a su casa, para más tarde quedar en
silencio absoluto; los padres entraron a su casa junto a sus vecinos y bajaron
al sótano a ver qué pasó y se dieron con la sorpresa que el hombre no estaba,
ni tampoco el cuerpo de su hija.
Cuentan los vecinos de San
Vicente que todos los domingos por las tardes ven a una familia pasar, una
mujer trigueña pero muy hermosa y un hombre alto, blanco con ojos azules ,
junto a un bebé que no se le deja ver el rostro y que siempre pasan rondando el
cementerio de San Vicente, como buscando el descanso eterno.