Nunca es bueno manejar solo por
carreteras solitarias, menos aún cuando es de noche, pero Denisse era una
aventurera, ella no necesitaba estar acompañada para salir. Eran más de las 11
de la noche, ella tenía unos cuantos tragos de más y el sueño le estaba
ganando, ya no se sentía con la capacidad de seguir manejando y el tanque de la
gasolina se estaba vaciando poco a poco. Estuvo a punto de quedarse varada a un
lado de esa oscura carretera cuando logró visualizar una gasolinera
aparentemente abandonada.
El lugar estaba totalmente
solitario, extrañamente tenía combustible y aprovechando su suerte, se detuvo
en la estación de de servicio y empezó a llenar el tanque. Escuchó unos pasos y
observó todo el panorama, no había nadie y eso la aterró, pensó que de alguna
manera podría suscederle algo malo y desesperada, terminó de cargar el tanque y
se subió a su auto. De la nada, alguien apareció frente a su auto con una
mirada desorbitada.
“Morirás, sal de ahí, van a
matarte”
Más asustada que antes, encendió
el motor del auto para salir de aquella gasolinera y el sujeto apareció justo
en la ventanilla del piloto y la tomó por el brazo tratando de sacarla, se veía
desesperado por lograr su cometido, pero Denisse, llena de adrenalina, pisó el
freno y arrancó de allí en menos de 1 minuto, se adentró a la carretera y con
el corazón acelerado, salió de allí. Algo llamó su atención desde el espejo de
su auto, había un bulto extraño en el asiento trasero.
No pudo siquiera voltearse para
cerciorarse de lo que ocurría o de qué se trataba, un sujeto extraño la tomó
por detrás y colocó un cuchillo en su cuello, ella detuvo el auto por órdenes
del hombre, este se rió de una manera macabra y la degolló. El cuerpo de
Denisse fue encontrado 4 días después, o al menos lo que quedaba de él. El
hombre la descuartizó y lo único que dejó intacto fue la cabeza, inmortalizando
la cara de terror de Denisse, su última reacción fue gritar.