Ir al contenido principal

¿Porque aullan los perros? ¿Están viendo a la muerte?




Según leyendas y mitos, los perros tienen la habilidad de ver la muerte, por lo que en muchos de lugares de México, especialmente en los pueblos donde aún se preservan muchos tradiciones, se tiene la creencia de que los perros de un vecindario aúllan cuando la muerte camina entre sus calles.

Es curioso, pero hay un sinfín de historias, que dicen que la noche anterior a la muerte de alguien, los perros que viven alrededor comienzan aullar de una manera escalofriante, cómo si una tragedia se avecinara, es un aullido de dolor que te pone la piel de gallina. Además no solo son sus lamentos, otros de sus comportamientos que avecinan el mal augurio, es que también se paran en dos patas y levantan su cabeza como si miraran a la luna.

Se dice que los perros aúllan poco antes del fallecimiento de la persona por que la muerte anda rondando, y también poco después, pues el alma de la persona fallecida acompaña a la muerte de regreso al mundo de las ánimas.

Se dice que los perros aúllan cuando presienten que la muerte esta cerca, gracias a su desarrollado olfato, pues pueden oler el singular y siniestro aroma de la parca.

Tanto en territorio mexicano como en otros países, se cuentan historias de perros aullando poco antes de ocurrir un desastre natural, como los terremotos, y aunque no se sabe si es algo de índole sobrenatural o científico, se ha comprobado que esta suposición es verdadera.

Tanto que en 1975, en una ciudad china, cuando en una ocasión que los perros de la localidad comenzaron a aullar y alterarse, las autoridades decidieron evacuar a todos sus habitantes, y efectivamente horas después un descomunal terremoto arribó, sacudiendo la ciudad entera y destruyendo casi todos los edificios, pero las vidas humanas se salvaron gracias a los perros milagrosos.

Lamentablemente han existido muchos eventos en la historia, que a pesar de la insistencia en los lamentos de los caninos, no se ha hecho caso a su advertencia, como en el caso de Japón, cuando una noche de septiembre de 1923, los perros aullaron durante horas, era su aviso de que algo malo venía en camino, al siguiente día llegó un terremoto, en el cual más de 140,000 japoneses murieron.

¿Y tú no has escuchado ladrar a los perros últimamente durante las noches?

Entradas más populares de este blog

El Charro Negro

La ambición es una mala consejera, al menos fue la causa por la que el mítico Charro Negro comenzó a aparecer en nuestro país. Se cuenta que hace muchos años en Pachuca vivían familias de mineros y jornaleros que trabajaban a deshoras y en condición de esclavos. Entre ellos había un hombre llamado Juan, un hombre ambicioso que no dejaba de quejarse de su suerte. Un día, al terminar su jornada laboral, se dirigió a la cantina más cercana y comenzó a beber en compañía de sus amigos. Ya entrado en copas comento: “La vida es muy injusta con nosotros. Daría lo que fuera por ser rico y poderoso.“ En ese momento, un charro alto y vestido de negro entró a la cantina y le dijo: “Si quieres, tu deseo puede ser realidad.“ Al escucharlo, los demás presentes se persignaron y algunos se retiraron. El extraño ser le informó que debía ir esa misma noche a la cueva del Coyote (pero no el coyote que tenemos aquí), que en realidad era una vieja mina abandonada. Juan asintió, más enva

Relatos de terror - Los Duendes del ex convento

En este relato se narra a cerca de las historias de duendes del ex convento de Santo Domingo de Gúzman en Izúcar de Matamoros Puebla, México, cuenta la leyenda que estos míticos seres trataron de robarse la iglesia.

Leyendas de terror | El cuervo endemoniado

Esta pequeña ánfora o más bien el contenido que puso en ella un muchacho muy  joven pero muy listo acabó con una macabra presencia que tenía aterrorizados a los habitantes de un barrio.  Los habitantes del barrio estaban fastidiados porque noche tras noche al sonar las doce, aquel animalejo les interrumpía el sueño con sus graznidos, pero no solo con aquellos desagradables sonidos, sino con palabras pues según mucha gente, aquel cuervo era nada menos que el mismismísimo lucifer, durante el día se refugiaba en la vieja casona pero al llegar la noche salía de su guarida para revolotear entre las casas, a veces en las bardas y en el empedrado de la calle proyectaba una sombra extraña y por eso muchos de los habitantes estaban convencidos de que se trataba del mismísimo diablo. En aquella época llego a vivir al barrio un matrimonio con sus tres hijos cuyas edades oscilaban entre los 10 y 16 años, Juan era el mayor, Miguel el de en medio y Santiago el más pequeño, los muc