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Mostrando las entradas de junio, 2016

Nunca Ayudes A Un Desconocido

¿Es aconsejable ayudar a alguien que necesita nuestra ayuda? Nuestro instinto nos dice que debemos ayudarnos los unos a los otros. Pero a veces sin saberlo nos podemos poner en peligro o caer en una trampa… La Segunda Guerra Mundial había acabado, pero el daño que habían causado los alemanes durante la ocupación y sobre todo durante su repliegue tras perder la Batalla de Normandía había dejado al pueblo francés en la más absoluta miseria. Con muchos de sus cultivos incendiados y sin casi ganadería, comer se había convertido en un privilegio al que sólo unos pocos podían aspirar. En medio de este caos acceder a un trozo de carne o un huevo era casi imposible y sólo en el mercado negro se podía conseguir un alimento fresco que llevarse a la boca. Por supuesto sus desmesurados precios eran controlados por un grupo de gente sin escrúpulos que eran capaces de ver morir de hambre a sus compatriotas con tal de aumentar su fortuna. No es por eso extraño que se pagaran relojes de

MUÑECAS DE PORCELANA.

Lo que estoy por contar es una leyenda urbana que se está haciendo muy famosa últimamente en las calles; tiene que ver con esas muñecas de porcelana que todos conocemos, casi en cada casa existe una, o por lo menos una en cada familia, estas muñecas eran muy populares hace varios años y siempre han estado acompañadas de muchos mitos y leyendas, sobre todo por su aspecto, ya que reflejan cierta humanidad en ellas, tan solo ver sus ojos o su cara refleja cierto temor a quien las ve ya que por lo mismo pensamos que en cualquier momento puede cerrar los ojos, mover una parte de su cuerpo o incluso hablar. Estas muñecas han provocado miedo desde hace muchas generaciones, existen muchas películas, cuentos e inclusive libros de ellas, ni hablar de leyendas urbanas donde se incluyen este tipo de seres. Esta leyenda urbana es más bien parecida a los rituales de “Blind Maiden” o “Baby blue” ya que es, en efecto, un ritual donde se convoca a un espíritu o “ser” que hace que dicha muñec
EL PAQUETE Las mujeres suelen ser muy celosas de sus posesiones, como María Rosa que llevaba este pañuelo consigo cuando comenzó una de las más horrendas experiencias  de su vida.  Hacia el siglo 18 vivía en Jerez Zacatecas esa joven que prefería rezar y salir con amistades que pensar en el matrimonio, pero lo que más le gustaba era en sus noches de insomnio, contemplar la calle y las estrellas, cierta vez cuando descansaba en su balcón cerca ya de la media noche, María Rosa vio acercarse a un misterioso jinete quien le dijo que era fuereño y necesitaba mantener un valioso paquete a salvo, María Rosa sin pensarlo bien aceptó el encargo, el jinete quedó de volver por sus pertenencias al día siguiente a la misma hora, María Rosa tuvo que reprimir su curiosidad varias veces antes de conciliar el sueño preguntándose que contendría aquel paquete, sin embargo a la mañana siguiente no pudo más, en cuanto se puso en pie lo abrió y lo que halló en él la dejo horrorizada. Marí

El Tabayuco

El hotel maldito

En 1820 construyeron un cementerio en un pequeño pueblo al norte de México. En 1822 decidieron levantar un hotel sobre las bases del cementerio. La gente, disgustada, decidió levantarse en armas para tumbar el hotel y dejar que sus difuntos descansaran en paz, pero no tuvieron éxito. En ese levantamiento que duró 2 meses murieron doscientas personas inocentes de las ochocientas que defendieron su causa. Un día el presidente del pueblo comenzó a tener sueños extraños donde veía gente llorando, siendo golpeada, agonizando, incluso varias veces soñó que lo golpeaban con un alambre de púas. Extrañamente, se levantaba con heridas no muy profundas, pero sí muy pronunciadas por fuera. Los doctores no pudieron hallar la explicación a esos ataques "paranormales", por lo que se limitaron a coserle las heridas. Los sueños continuaron, el presidente comenzó a sentir un miedo cada vez más intenso hasta que no aguanto más. Mató a su esposa y a sus 2 hijas, después se suicidó.

El ameal de Pablo

A mediados del siglo XVI, existía en lo profundo de la sierra de Gredos, un granjero llamado Pablo Martínez. Este hombre era admirado y a la vez envidiado por los demás granjeros de la región ya que todos los años conseguía una gran cosecha de cereales. Pero además de buen agricultor, este hombre era también muy enigmático, se contaba que un año de grandes tormentas, su hijo desapareció sin dejar ningún rastro mientras su padre disfrutaba de la construcción de un ameal con el heno que había conseguido en sus plantaciones.  Se decía que los ameales de Pablo eran los más grandes y más perfectos de la zona y eso producía una gran curiosidad a la gente. Por ello, algunos vecinos se escondieron entre la cebada para espiar al granjero ya que se decía que practicaba brujería. Con asombro, observaron cómo Pablo se levantó y en torno a una gran hoguera cogió una hazada y comenzó a golpear bruscamente uno de sus grandes ameales mientras pronunciaba un extraño lenguaje. De repente

El Mar

¡Oiga amigo! ¿De verdad que quiere saber lo que ocurrió esa noche? Seguro que piensa que sólo soy un viejo borracho y chiflado; y no le quito la razón. Pero yo estaba allí cuando todo ocurrió... Yo era un muchacho inquieto en un pueblucho demasiado pequeño, ya sabe a lo que me refiero. No recuerdo exactamente la edad que tendría, pero sí que sé que todo lo acontecido aquella noche fue real a pesar de mi corta edad y experiencia. Si ha preguntado a más personas (si alguna más está viva de los que realmente lo presenciaron) se dará cuenta que no miento. Es más, que se lo cuento sin los prejuicios con que lo viví; es decir, desde la mente de un niño... ... O se lo contaría, si lograra acordarme. Tiene razón amigo; una fría jarra de cerveza me aclarará la mente –jajaaj- Es usted muy amable por invitarme. En agradecimiento se lo contaré lo mejor que pueda: Como ya le he dicho, yo no era más que un mozalbete revoltoso, y como tal mi única preocupación era llegar a tiempo a c

La casa de la "tejedora sin brazos”

Los vecinos dicen que ven el espíritu de una señora en la puerta de una vivienda supuestamente embrujada. Cuentan que apenas oscurece se escuchan ruidos. Una historia que espeluzna hasta a los más valientes. Abandonada. Durante años hubo en la puerta un cartel que decía "Esta propiedad no se vende ni se alquila”. Ahora desaparecieron los rastros de aquel avisador. Cuenta la leyenda urbana que en esa casa, propiedad de una familia de apellido Chuck, funcionaba una especie de escuelita en la parte trasera hace 70 años. En la década del ’40, una mujer que trabajaba allí murió misteriosamente y desde el momento de su muerte, el espíritu nunca se fue y se quedó vagando. Los vecinos dicen que se acostumbraron a ver una mujer sin brazos, que teje en la puerta de la vivienda ubicada sobre calle Urquiza, metros al norte de Pedro de Valdivia. "El problema acá es la noche. Todos hemos sentido ruidos que salen de la casa, estamos muy acostumbrados. Mi hija me contó que v

Charla con Cloud Of Arlequín

EL ROBO AL CEMENTERIO

Me contó que hace tiempo, en la época de la colonia había una ancianita que vivía sola en una gran casona, la cual parecía que se iba a caer. La ancianita, que no tenía a ningún ser querido que la cuidara, murió y en su última voluntad pidió que se le enterrara con todas sus joyas y pertenencias ya que no tenía a nadie que se las heredara. Así se cumplió a la señora: fue enterrada con sus cosas. Pasaron algunos años y unos cuidadores del cementerio que eran nuevos se enteraron del tesoro con el que la señora había sido enterrada, así que decidieron sacar las cosas de valor que tuviera ahí dentro. Así, a media noche, ellos comenzaron a profanar la tumba de la cual sacaron las joyas que pudieron, pero a uno de los hombres le llamó la atención un anillo que el cadáver llevaba en uno de sus dedos. Éste, al tratar de quitárselo - no podía puesto que el anillo se había atorado-, al no poder sacarlo, el hombre utilizó la pala que llevaba para cortar el dedo. Pasó el tiempo y

ESA MIRADA

Oscuridad. Solo eso, además de un frio intenso y sobrecogedor. Estaba tumbada en el suelo. El cansancio la dominaba. Simplemente abrir los ojos era un suplicio para ella. Sentía que el cuello le pesaba. El dolor no la dejaba pensar en nada más. No se acordaba de quien era, de donde vivía... de su vida. Pero recordaba algo, una mirada... La mirada más fría que te puedas imaginar. Una mirada que puede leer tu alma, tus pensamientos. Primero escudriña en tu interior, y luego se dedica a observar el exterior. Esa mirada solía provocar miedo, pero a ella le infundió respeto. Ya se empezaba a acordar... Puso todo su empeño en levantarse. Colocó las manos sobre el suelo. Estaba mojado. Un charco la rodeaba. No se atrevió a abrir los ojos... Puso todo su peso en sus brazos, pero resbaló. Lo volvió a intentar varias veces, pero no dio resultado. Estaba a punto de desistir, cuando notó una mano agarrando la suya. Dio un tirón e hizo que la chica se levantará. Abrió los ojos, y se

En halloween.

La algarabía de halloween había quedado atrás, junto con las luces de la ciudad. Habíamos tomado un camino de tierra que pasaba por zonas de monte y pastizales, y esa noche todo estaba oscuro. Yo iba conduciendo. La camioneta vibrada y saltaba con las irregularidades del camino, pero a pesar de eso Mónica igual dormía, porque iba muy cansada. En un tramo del camino que era recto, las luces del vehículo iluminaron a lo lejos a cuatro contornos humanos. Cuando estuve lo suficientemente cerca creí que eran unos tipos disfrazados de muertos andantes. Me sorprendió que hubieran llegado hasta allí a pie. Después supuse que los habían arrimado en algún coche, pero el próximo pueblo estaba tan lejos que igual era raro. Caminaban muy lento, arrastrando los pies, y creí que aquello era una actuación. Marchaban alineados, y dos de ellos iban por el medio del camino. Disminuí la velocidad un poco, pero como no se apartaban toqué la bocina. Mónica despertó con un sobresalto por la boci